Negociaciones internacionales en torno a las aguas del río Colorado: desafíos y oportunidades transfronterizas

Por: Ana Lorena Hernández Kanemoto, Ana Paula Barbara Mendivil, Astrid Avril Bernal Montañez, Carlos Iván Chacón Aceves, Emma Sofía Danel Portillo, Hanna Quizely Guerrero Ortiz, Marco Aurelio Calderón Baez y Ximena Gallardo Romero

Las aguas transfronterizas son cuerpos de agua, como ríos o lagos, que atraviesan o forman fronteras entre dos o más países. La gestión de dichas aguas requiere de cooperación entre los países que hacen fronteras con ellas, pues comparten la responsabilidad en el manejo de los recursos interconectados.

El uso independiente por parte de una nación puede generar impactos negativos en las aguas de los países vecinos.

Así, se necesitan tratados y acuerdos internacionales que promuevan un aprovechamiento equitativo y razonable del recurso; también son clave para regular y gestionar el uso compartido de tales aguas, protección ambiental y resolución de problemas que puedan surgir entre los países involucrados.

El principal desafío en la gobernanza de las aguas transfronterizas es la sobreexplotación; los impactos por la construcción de infraestructura inciden en el cambio climático.

El manejo del agua entre ambas tierras

Para gestionar los recursos hídricos compartidos de manera sostenible se necesita el desarrollo de políticas y prácticas que optimicen el uso del agua y reduzcan el desperdicio. Lo que más preocupa es que las fuentes de agua disponibles generen tensiones y disputas entre distintos Estados en sus respectivas fronteras; lo que se busca es asegurar un acceso equitativo, de calidad y cantidad al recurso hídrico de la cuenca hidrológica compartida entre países.

El río Colorado y su papel como agua transfronteriza

El río Colorado nace en las Montañas Rocosas del estado de Colorado en EUA. Su curso finaliza en el golfo de California y, en la actualidad, el delta del río se ubica en una zona ecológica resguardada por el gobierno de México.

Este río desempeña un papel muy importante, al abastecer de agua a las regiones áridas que atraviesa, siendo a veces la única fuente de agua disponible. Es una de las fuentes fluviales más importantes de América del Norte, y reviste un gran valor económico, ecológico y cultural. Las zonas ribereñas albergan una gran variedad de especies animales y vegetales, importantes para el equilibrio ecológico; asimismo, varias represas a lo largo del río Colorado se utilizan para generar energía hidroeléctrica, lo que contribuye a la producción de electricidad de la región.

Sin embargo, hay características físicas de la zona fronteriza entre México y EUA en el bajo río Colorado que debido a la escasez de agua y al rápido crecimiento demográfico y económico crean conflictos binacionales, por lo que las políticas de aguas transfronterizas son importantes para comprender el problema y encontrar soluciones.

En esta región transfronteriza hay dos categorías de fuentes de agua: las que se encuentran en la superficie, y las que están bajo tierra, conocidas como aguas subterráneas. Ambas están interconectadas hidrológicamente, ya sea de manera natural o debido a la intervención humana.

Aunque se ha logrado un progreso en la creación de instituciones para los recursos hídricos superficiales, la situación es diferente en cuanto a las aguas subterráneas transfronterizas. Esto evidencia la debilidad del marco institucional, limitando el desarrollo binacional equitativo, sostenible y con una gestión eficiente.

La asignación del agua en la cuenca del río Colorado

Desde el punto de vista ecológico existen también algunas diferencias en el uso equitativo del recurso, pues en el delta mexicano del río Colorado el flujo es casi nulo; se han creado y mantenido áreas de hábitat natural, como el Mar Saltón, con flujos de los ríos Colorado y Nuevo. Con ello se puede ver con más claridad el desafío que se tiene en esta frontera.

México solicita agua del río Colorado a EUA a través de la gestión conjunta de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). Según las reglas del Tratado de Aguas de 1944, se garantiza un volumen de 1 850.234 Mm³ en años normales y hasta 2 096.931 Mm³ en años con exceso de agua. Estas solicitudes se reciben en la presa José Ma. Morelos (LIN) y en el canal Sánchez Mejorada (LIS). En un año normal se reciben 1 677.545 Mm³ por el primer punto de entrega y 172.689 Mm³ por el segundo, provenientes del Valle de Yuma, Arizona, EUA.

Por otro lado, EUA aprovecha la fuerte pendiente e intenso flujo de agua para abastecer sus presas, que controlan la producción de energía hidroeléctrica en la mayor parte del Intermountain West (región Intermontañosa del Oeste). Sin embargo, debido al uso excesivo de agua, los últimos 160 km del río cerca del Golfo de California están secos y desde la década de 1960, el río Colorado casi nunca llega al mar.

Las políticas enfatizan mantener el río Colorado y la red hidráulica, reconociendo capacidades de ambas partes. Sin embargo, las acciones ―reactivas en su mayor parte― resultan en problemas recurrentes.

Conclusión

Los conflictos transfronterizos en la gestión del agua en el río Colorado son complejos. Aunque el área es vital para la economía local y actividades recreativas, se necesita un enfoque de sustentabilidad diferenciado para abordar desafíos específicos, como sedimentos y salinidad. Las medidas deben ser proactivas, considerando restricciones en la gestión del agua para un uso eficiente del recurso y protección ambiental.

Bibliografía

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